domingo, 3 de julio de 2016

Llanos de Venezuela

Los Llanos son una región del norte de Sudamérica repartida entre Venezuela y Colombia en la cuenca del Orinoco. Es un ecosistema parte del Global 200, ecosistemas prioritarios para la conservación por el World Wide Fund for Nature (WWF). Tiene dos estaciones marcadas, la estación de lluvia y la estación de sequía, se caracteriza por sus extensas sabanas, su clima es intertropical de sabana (en la clasificación climática de Köppen siendo húmedo y caluroso, exceptuando en los llanos altos con clima más suave), con altas temperaturas en general. La región por situarse al interior y por lo tanto de ausencia de influencia marítima permite una mayor amplitud térmica diaria que en zonas costeras, las temperaturas más bajas se registran en las épocas de lluvias, por lo tanto en agosto suelen registrarse temperaturas más bajas que en enero, pero la amplitud térmica anual es poco significativa en general.
La importancia económica de los llanos se debe a que esta es una región apta para la ganadería extensiva y para la agricultura. También existe una importante actividad petrolera en los estados venezolanos de Anzoátegui, Apure, Barinas, Guárico y Monagas, y en los departamentos colombianos de Arauca, Casanare, Vichada y Meta. El principal ritmo musical de los Llanos es el joropo.



En el territorio venezolano, los llanos están conformados por los estados Apure (excepto el Municipio Páez), Barinas, excepto los municipios Cruz Paredes y Bolívar, PortuguesaCojedesGuárico. Los llanos venezolanos concentran el 14% de los habitantes del país. En Venezuela los llanos se dividen en tres regiones:

  • Llanos occidentales: Conformado por los estados Apure, Barinas y Portuguesa, son los que más comúnmente se suelen identificar con los llanos venezolanos.
  • Llanos centrales: Dicha región llanera se encuentran en los estados Guárico y Cojedes, en el centro del país.
  • Llanos orientales: Lo conforman buena parte de los estados Anzoátegui y Monagas.


De las 24 entidades federales siete son de los llanos:
  • Barinas
    • Barinas - Capital del Estado, con 263.272 habitantes (Proyecciones de población del 2009).
    • Socopó - aproximadamente 75.000 habitantes.
    • Santa Bárbara - aproximadamente 65.000 habitantes.
  • Cojedes
    • San Carlos - Capital del Estado, con 173.957 habitantes (Censo del 2009).
    • Tinaquillo - Contaba con 113.584 habitantes en el 2009.
  • Anzoátegui
    • Barcelona - Capital del Estado, con 379.984 habitantes en el 2009; forma una conurbación con Puerto la CruzLechería, y Guanta, que tenía unos 800.000 habitantes en el 2001, aunque no se considera una ciudad llanera debido a la cercanía con la costa del Mar Caribe, sin embargo tras algunos kilómetros por carretera puede llegarse a los llanos orientales.
    • El Tigre - 247.800 habitantes en 2009.
    • Anaco - 167.172 habitantes en el 2009.
    • San José de Guanipa - 64.016 habitantes en el 2009.
    • Cantaura - 59.189 habitantes en el 2009.
  • Monagas
    • Maturín - Capital del Estado, con 504.649 habitantes en su municipio en el 2009.
    • Punta de Mata - 52.122 habitantes en el 2009.
    • Temblador - Capital del Municipio Libertador y encrucijada a los demás municipios del Sur de este Estado, con 37.804 habitantes para el 2009.


Mi Llano (Parte I) Video
https://youtu.be/jeOdq3Upfm4

Mi Llano (Parte II) Video
https://youtu.be/leEjipZoLOk




Una mirada a la fauna de los Llanos de Venezuela:


A nivel paisajístico, la belleza de los llanos venezolanos es innegable. Tierra vasta y hermosa, llena de contrastes, que nos muestra distintos rostros dependiendo de la época del año en que la visitemos; ya sea con la vista infinita de la llanura inundada en la temporada de lluvias o con la extensa sabana cubierta de pajonales durante la sequía.
Sin embargo, para poder observar la maravillosa diversidad de la fauna del Llano hay que ir a alguno de los grandes hatos en donde la cacería ha estado prohibida desde hace muchos años, y en donde los animales, por consiguiente, no sienten temor alguno ante la presencia humana y se reproducen a su entera libertad; a tal punto que estos lugares se muestran hoy al mundo como auténticos refugios de fauna silvestre. Entre ellos, por nombrar algunos, están los hatos El Cedral, El Frío y Piñero.

Uno de los animales más comunes y fáciles de ver en cualquiera de los hatos mencionados –fuera de ellos es prácticamente imposible observarlos en estado natural– es el chigüire, capibara o carpincho (Hydrochoerus hydrochaeris), el roedor viviente más grande del mundo. Es un animal vegetariano, de hábitos terrestres y semiacuáticos, diurno y nocturno, que se agrupa en manadas numerosas para alimentarse en los pastizales cercanos al agua, elemento al cual vive siempre asociado. El chigüire se caracteriza por tener una cabeza ancha con rostro largo y muy elevado, de forma ligeramente cuadrada, y como todo animal que lleva un estilo de vida parcialmente acuático, tiene la nariz, los ojos y orejas en la parte superior de la cabeza.

Asoleándose en la orilla de los caños y lagunas, podrá ver también uno que otro cocodrilo ocaimán del Orinoco (Crocodylus intermedius) una especie en peligro crítico de extinción), así como numerosas babas o babos (Caiman crocodilus), un poco más pequeños. Tenga cuidado con el primero –especialmente en temporada de celo, cuando las hembras cuidan a sus huevos o crías– y no se acerque a menos de tres metros de la orilla, ya que acechan a sus presas ocultándose bajo el agua. Los machos del caimán del Orinoco son muy territorialistas.
Si tiene suerte podrá ver alguna anaconda, una de las culebras más grandes y pesadas del mundo. La más grande que se haya medido (con datos plenamente comprobables) alcanzó una longitud de nueve metros; aunque lo usual es encontrar ejemplares entre dos y seis metros de largo

Dos especies de monos habitan en los Llanos de Venezuela: el araguato o aullador (Alouatta seniculus) y el mono capuchino común (Cebus olivaceus).
Los primeros están provistos de un largo y relativamente suave pelaje pardo rojizo, con largas y fuertes colas prensiles y gargantas abultadas, y se mueven lentamente sobre el dosel de los bosques de galería. Su alimentación está basada principalmente de hojas y frutas. Son comunes y fáciles de ver en muchos sitios, aunque lo más seguro es que solo los escuche en la distancia. Los machos emiten un fuerte aullido que consiste de un alto y sonoro ronquido que disminuye progresivamente hacia un tono más grave, manteniéndolo así por largo tiempo, en forma sostenida.

Los monos capuchinos, por su parte, son más pequeños y ágiles que los araguatos, y son los de mayor distribución en nuestro país: Son animales generalistas en su dieta, es decir, pueden consumir todo lo que su hábitat les proporcione.
En los ríos y caños de los Llanos están presentes la tonina del Orinoco o delfín de río (Inia geoffrensis), la nutria (Pteronura brasiliensis) y el manatí (Trichechus manatus), éstas dos últimas son muy difíciles de observar ya que sus poblaciones se encuentran muy reducidas.
El venado caramerudo (Odocoileus virginianus) y un pariente más pequeño, el venado matacán rojizo (Mazama americana), habitan en la sabana arbolada y bosques de galería. Son comunes y fáciles de ver en estos hatos.
Durante la noche, dos astutos depredadores recorren la sabana en busca de alimento: el zorro (Cerdocyon thous) y la onza o gato montés (Herpailurus yagouaroundi), mientras que en los bosques de galería acechan el cunaguaro (Leopardus pardalis) y el jaguar (Panthera onca). El otro gran felino del país, el puma (Puma concolor), puede cazar entre uno y otro, ya que es una especie de hábitats abiertos y boscosos.

Una especie que se alimenta de manera similar al Oso palmero, es el también llamado Osito melero (Tamandua tetradactyla). El osito melero o mielero es de hábitos terrestres y arbóreos, y su dieta está basada en insectos. Cabe señalar que estas dos especies, aunque parecen inofensivas, pueden causar graves daños con sus poderosas garras; sin embargo, únicamente las usan cuando se sienten amenazadas o se les intenta atrapar.
Otro consumado devorador de huevos es el denominado Mato de agua o Mato pollero (Tupinambis teguixin nigropunctatus). Es uno de los lagartos terrestres más grandes y corpulentos del país. De hábitos diurnos y terrestres ‒aunque puede nadar muy bien y es un hábil trepado‒, solitario y territorial. Usualmente se les ve caminando a lo largo de caminos y senderos en sabanas abiertas y pastizales, y siempre cerca del agua
Pero en donde el Llano realmente se luce es en la riqueza de su avifauna. Más de 350 especies de aves, entre residentes y migratorias, interactúan en los distintos ecosistemas que se forman en la vastedad de esta gran región del país (ver Aves del Llano). La diversidad en cuanto a formas, colores y tamaños es verdaderamente increíble:
Así, hay estilizadas garzas de níveo plumaje en contraste con el escarlata de las corocoras; garzas rosadas con picos en forma de paletas que escrutan el agua moviendo la cabeza de un lado al otro; grandes cigüeñas y gabanes, y entre ellos el más alto de todos, el garzón soldado (Jabiru mycteria), una de las aves más grandes del mundo (entre 1.30 y 1.50 metros de altura).
Hay grandes rapaces como el águila negra (Buteo urubitinga) y otras más pequeñas como el gavilán Pita Venado (Heterospizias meridionalis), el gavilán Colorado (Busarellus nigricollis) y el Caricare Sabanero (Milvago chimachima), por solo nombrar algunos. También están los Mochuelos de Hoyo (Speotyto cunicularia), una pequeña ave de presa que construye sus nidos bajo el suelo, así como grandes, coloridas y bulliciosas guacamayas, loros, pericos y guacharacas.
En los Llanos es posible observar grandes bandadas de miles de patos de diversas especies que se reúnen en los ríos, caños y ciénagas, y que se desplazan nadando sobre la superficie en grupos compactos. Por su parte, y a diferencia de los patos, la Cotúa Agujita (Anhinga anhinga) nada sumergida asomando únicamente la cabeza y el cuello, y busca su alimento buceando en el fondo de los ríos. Cuando sale del agua se les ve posadas sobre el terreno con las alas extendidas para que se les sequen las plumas.
Hay muchísimas otras aves pequeñas que viven asociadas a los cuerpos de agua de la región llanera que se nos hace imposible poder señalar ahora. Sin duda, la mejor época para ver aves en el Llano es el verano, cuando el nivel de los ríos y caños disminuye y la sabana queda al descubierto dejando a los peces atrapados en pequeños cuerpos de agua; lo cual atrae a una gran diversidad de aves. En la época de lluvias el paisaje cambia, se inunda la mayor parte de la sabana y las aves se dispersan, siendo más difícil observarlas.